jueves, 17 de abril de 2014

Noche blanca en Mestalla.

  1. Valencia comienza a convertirse en Tierra Santa para el Real Madrid y el lugar perfecto para ir consolidando proyectos. Lo fue para Mourinho en el año 2011, tras el testarazo de Cristiano en un combate en el que ambos púgiles se negaban a tirar la toalla, y lo ha sido en el 2014 para Carlo Ancelotti donde la bala galesa cogió los galones, en una de esas noches donde todos los focos apuntaban a él. Viaje de vuelta a Madrid con la Copa del Rey como special guest y euforia desatada en la Cibeles, sin duda alguna la doctrina del técnico transalpino sale muy reforzada del choque aunque pudo haber sido para más.
  1. Carletto encaró el partido desde un prisma muy distinto a las anteriores temporadas. Optó por un repliegue bajo y con un esquema sin balón de 4-4-2 con Isco & Di María ocupando las bandas durante fase defensiva y dejando arriba como posibles referencias a Benzema & Bale para explotar las transiciones. Planteamiento innovador y que debido a ello el Real Madrid tuvo superioridad durante los 45' iniciales, frente a un Barça apagado y sin ideas, que quemaba sus posesiones colgando balones a un área que fue propiedad de los centrales merengues.
  1. El equipo culé nunca estuvo cómodo durante la primera parte de la contienda y Karim se disfrazó como el principal verdugo del Tata Martino y sus pupilos. Demostró ser lo que debería ser siempre, un world class en los apoyos y con una movilidad frenética por todo ancho del campo rival que llevó a la zaga culé a un estado de locura. Balón que llegaba a las botas del futbolista francés activaba el run-run de Mestalla que podía intuir que cualquier cosa podía suceder, hasta que en una cabalgada de Di María  materializó el dominio merengue.
  1. Entre ocasiones y ocasiones del Real Madrid, hay que destacar a dos nombres propios que hicieron que el sistema defensivo ideado por Ancelotti funcionara: Isco y Di María. El de Arroyo de la Miel se calzó el mono azul de trabajo y demostró, que cuando él quiere, nada se le escapa de este juego. Insaciable a la hora de meter la pierna y armar las transiciones, sorprende que un futbolista de 21 años ya desprenda ese aroma competitivo de la créme de la créme. Ángel fue el pulmón del Real Madrid, reubicado en banda derecha para dar más coberturas a Carvajal, luchó como un guerrero por todos los balones y aún le quedaban energías para ser un puñal en los contraataques blancos y merodear las cercanías del área de Pinto con un cierto punto de inspiración que se acercaba a la fantasía. El fídeo se equivocará muchas veces o tomará malas decisiones pero en su diccionario la expresión 'bajar los brazos' no hay cabida.
  1. Frente a un Real que disfrutaba de cada transición y que estaba cómodo haciendo un repliegue bajo, el único argumento culé fue echar balones a la olla de manera sistemática. Debido a esto, el Tata trató de explotar uno de los eslabones más débiles del sistema defensivo merengue: Carvajal. En los últimos minutos Neymar pasó a ocupar el flanco izquierdo culé pero las ayudas de un, colosal, Di María y el sorprendente buen nivel de Dani impidieron cualquier atisbo de peligro. Mateu Lahoz señalaba el pitido que daba inicio al descanso, una tregua de 15' en la que ambos equipos se iban con sensaciones opuestas a los vestuarios.
  1. Los primeros minutos fueron un calco de la primera mitad. Un Madrid ansioso por querer sentenciar y provocar una herida grave ante un rival que se veía abatido, desdibujado y que no terminaba de encontrarse consigo mismo. Bale y Benzema tuvieron oportunidades para sembrar la tranquilidad en el marcador pero fallaron. Quizá fue el principal punto a mejorar de un colectivo que fue superior a su rival pero que no supo poner tierra de por medio, en partidos de máxima exigencia no puedes perdonar tanto y el precio por ello suele ser alto.
  1. Para darle vida al partido el Barça se desharía de tópicos y el balón parado se convirtió en su mejor aliado. En un córner, Marc Bartra puso las tablas en el marcador y reinicio el partido. Cundió el pánico en la plantilla blanca y abrió un resquicio a la esperanza culé que lo intentaba una vez tras otra, el encuentro cambió por completo y se dieron los primeros signos de frustración ante un RM que pagó caro el no aprovechar sus momentos de extásis.
  1. Si algo positivo deja Mestalla en el horizonte culé tiene nombre y apellidos: Marc Bartra. No perdió nunca la esperanza de llevarse a Barcelona la Copa y se vio recompensado por ello, quizá la temporada 2013-2014 sea para él ese salto emergente a ser un futbolista a tener en cuenta en la futura planificación del cuadro catalán. Pese a ser superado por Bale en velocidad en la jugada que daría la Copa del Rey al conjunto madrileño cuajó una actuación notable y loable visto el contexto tan negativo en el que se encuentra sumergido su club.
  1. Cosas del destino. A Coentrão & Di María se les veía más fuera que dentro durante el mercado de invierno y fueron dos de los competidores natos más importantes para el devenir del encuentro. No incidiremos más en el especial caso del jugador pero la segunda parte de Fábio es de quitarse el sombrero. No dejó ningún cabo suelto durante la fase defensiva y dejó varias salidas laterales de las que calan en el aficionado, una de ellas que daría el paso definitivo para salir victoriosos de la capital del Turia y que presionaría el gatillo para que Gareth Bale batiera a Pinto.
  1. El '11' blanco rompió su maldición y por fin fue clave en la conquista de un título. Se disfrazó de correcaminos mientras un Marc Bartra fatigado y exhausto no podía alcanzarle. Era su noche y el momento perfecto para resumir lo qué es como futbolista: velocidad, buena zancada y sangre fría para superar a Pinto. Cara de alegría y euforia tras una jugada épica, que escasos futbolistas pueden lograr. Gareth empujó al Real Madrid a por su primer título del 2014.
  1. Pese a estar en horas bajas, el Barça tuvo su última bala para mandar el partido más allá del tiempo reglamentario. Ni los guionistas con mayor dominio del género drámatico podría haber imaginado una escena no apta para personas con problemas cardíacos. Palo de Neymar que puso el vello de punta a los aficionados merengues y el lamento en la parroquia blaugrana. El tiempo pasaba lento para los intereses del Real Madrid mientras que para el Fútbol Club Barcelona le iba quemando y angustiando. Pitido final y explosión de júbilo en el banquillo dirigido por Carlo Ancelotti y caras largas ante un Barça, que jugando mal, estuvo muy cerca de impedir el triunfo merengue.
  1. Carletto y todo el colectivo blanco sale reforzado de esta cita. Aprendió de los errores de hace unas semanas en el Camp Nou y aplicó con certeza su propia táctica, una manera especial de como jugarle al cuadro catalán y sin su principal estrella en el campo. Sea como fuere y pese que se podía haber sacado un mayor beneficio, las sensaciones que dejó su equipo fueron muy óptimas para la recta final de temporada. Todo lo contrario al Tata Martino, que nunca fue capaz de atinar con los cambios desde el banquillo y que cambió a un Cesc que junto con Bartra estaba siendo de lo más loable de su equipo.
  1. Inyección de adrenalina para un Real Madrid que ve intactas su posibilidades de lograr un triplete en el año I de Carlo Ancelotti en el Santiago Bernabéu. En 6 días espera el actual campeón de Europa y una batalla fría frente al Atleti del Cholo en Liga, ojalá Mestalla sea el pistoletazo de salida para un año inolvidable para un madridismo que sueña de la mano de Isco, Cristiano, Bale, Benzema o Luka Modric.

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